27 agosto 2006

Balance de la propia vida


(Por Alfonso Aguiló)
Hay vidas llenas de aparente éxito que son profundamente infelices y están dominadas por el desencanto ante ese estilo de vida, quizá espléndido en sus resultados, pero que se percibe como suplantador del que se hubiera debido tomar.
A muchas personas les cuesta abordar esa pregunta tan sencilla y tan crucial como es ¿por qué y para qué vivo?, ¿qué sentido debe tener mi vida? Tienden a eludir esa cuestión, a aplazarla continuamente, como esperando a que la misma vida se lo acabe descubriendo.
Lo malo es que, si lo retrasan mucho, corren el riesgo de encontrarse un día con la impresión de haber vivido hasta entonces sin apenas sentido. Y cuanto más tarde sucede esto, más difícil resulta corregir el rumbo. Tanto, que a muchos entonces ese descubrimiento les llena de angustia y lo sepultan bajo la adicción al trabajo, una pose escéptica o un activismo irreflexivo.
Hay etapas en la vida que propician más esa tendencia a hacer balance de la propia vida: la adolescencia, el término de los estudios, la crisis de madurez de los cuarenta o cuarenta y cinco años, la jubilación, la pérdida de facultades propia de la entrada en la ancianidad, etc.
En muchos de esos balances existenciales es fácil pensar (en muchas ocasiones con poca objetividad) que se podría haber hecho mucho mejor uso de ese tiempo de vida ya consumido. Y por eso pueden dejar un cierto sabor amargo, de lo que pudo ser y no fue, de tantas limitaciones, de tantos errores y fracasos.
Pero también esas crisis pueden ayudar a rectificar una vida equivocada. Serán útiles en la medida en que ayuden a tomar conciencia de los errores (y descubrir, por ejemplo, que había bastante mediocridad, o que junto a un cierto éxito exterior se ha llegado a una situación de grave empobrecimiento interior, o que se estaba demasiado centrado en uno mismo, etc.). Podemos sacar provecho, y mucho, en la medida en que ese balance se aborde con ilusión y esperanza de cambiar, sin ignorar las conquistas y aciertos pasados, y sin hacer tabla rasa de todos esos empeños que valieron verdaderamente la pena y que también jalonan nuestra vida.
Es cierto que los viejos hábitos ejercen sobre nosotros una inercia muy fuerte, y que romper con modos de ser o de hacer muy arraigados puede resultarnos verdaderamente costoso. A veces, no nos bastará con sólo una firme resolución y nuestra propia fuerza de voluntad, sino que necesitaremos de la ayuda de otros. Para superar hábitos negativos, como por ejemplo los relacionados con la pereza, el egoísmo, la insinceridad, la susceptibilidad, el pesimismo, etc., puede resultar decisiva la ayuda de personas que nos aprecian. Si se logra crear un ambiente en el que resulte fácil comprender al otro y al tiempo decirle lo que debe mejorar, todos se sentirán a un tiempo comprendidos y ayudados, y eso es siempre muy eficaz.
La reflexión sobre la propia vida aleja al hombre de la visión superficial de las cosas y le hace recorrer su propio camino. La vida le presenta numerosos interrogantes, de los que normalmente sólo obtiene respuestas parciales e incompletas, pero con una reflexión frecuente puede lograr que la multitud de preocupaciones, afanes y aspiraciones de la vida diaria no desvíen su atención de lo realmente valioso.
Por eso es importante que el goteo de pequeños esfuerzos cotidianos no ocupe con tal fuerza el primer plano de nuestra atención que deje sin espacio para las cuestiones de verdadera relevancia.
  • interrogantes.net
  • Puentes-Coronas Dentales


    PUENTES-CORONAS

    Puentes-coronas: conocidas tradicionalmente como "fundas". Cuando un diente está muy debilitado o es necesario reponer otro se puede recurrir a este tratamiento.


    Consiste en tallar el o los dientes y confeccionar una estructura que recubre perfectamente el diente, sirviendo de protección o de apoyo para "soportar" otros dientes. Lo habitual es que conste de una estructura interna metálica recubierta por porcelana, imitando el color y la forma de los dientes naturales

    Sólo presentaremos una de las variadisimas situaciones que se dan en la clínica. Cada caso requerirá un estudio y tratamiento individualizado.


    En el caso presentado soslayeremos detalles técnicos para intentar dar una idea clara e inteligible de este tratamientoSólo presentaremos una de las variadisimas situaciones que se dan en la clínica. Cada caso requerirá un estudio y tratamiento individualizado.Paciente con ausencia de un diente, malposición de otro, movilidad completa de un tercero y caries en un cuarto


    Con unas radiografías comprobamos el estado de las raíces y del hueso.
    En nuestro paciente se comprueba como el primer premolar no es recuperable y es necesario exodonciarlo



    El puente se apoyará en los dos dientes contiguos


    Después de endodonciar los dos dientes y colocar un "perno" para dar solidez a los "muñones" se "tallan" los dientes y se preparan para tomar medidas.






    Durante el tiempo de preparación de la prótesis, el paciente llevará un "puente" provisional
    El laboratorio envía la "prueba de estructura". Es la base metálica que se ajusta al diente y es la que soporta la fuerza de la masticación

    Depués de la prueba de la estructura se coloca la cerámica. Es el material que nos proporciona una estética similar a los dientes naturales.



    El puente recien colocado en la boca.
    Además de sustituir los dientes ausentes y modificar las anomalías de posición preexistentes, logramos normalizar la función masticatoria.


    22 agosto 2006

    Optimismo: el gran motivador

    Matt Biondi, estrella del equipo de natación de Estados Unidos en las Olimpiadas de 1988, abrigaba muchas esperanzas de igualar la hazaña de Mark Spitz en 1972: ganar siete medallas de oro.
    Sin embargo, Biondi quedó en un tercer puesto en la primera de las pruebas, los 200 metros libres; y en la siguiente carrera, los 100 metros mariposa, fue de nuevo relegado a un segundo puesto en el sprint final.
    Los comentaristas deportivos predijeron que aquellos fracasos desanimarían a Biondi, que había partido como favorito en ambas pruebas. Sin embargo, y contra todo pronóstico, su reacción no fue de hundimiento sino de superación, pues ganó la medalla de oro en las cinco restantes carreras.
    El optimismo es una actitud que impide caer en la apatía, la desesperación o la tristeza ante las adversidades. Como ha señalado Martin Seligman, el optimismo (un optimismo realista, se entiende, porque el optimismo ingenuo puede ser desastroso) influye en la forma en que las personas se explican a sí mismas sus éxitos y sus fracasos.
    Los optimistas
    tienden a considerar
    que sus fracasos se deben a algo
    que puede cambiarse,
    y gracias a eso es más fácil
    que a la siguiente ocasión
    les salgan mejor las cosas.
    Los pesimistas, en cambio, atribuyen sus fracasos a obstáculos que se consideran incapaces de modificar.
    Por ejemplo, ante un suspenso, o ante el paro laboral, los optimistas tienden a responder de forma activa y esperanzada, buscando ayuda y consejo, mirando hacia delante, procurando remover los obstáculos; los pesimistas, por el contrario, enseguida consideran esos contratiempos como algo casi irremediable, y reaccionan pensando que casi nada pueden hacer para que las cosas mejoren, y no hacen casi nada: para el pesimista, las adversidades casi siempre se deben a algún déficit personal insuperable o a la confabulación del egoísmo y la maldad de los demás.
    La cuestión clave es si uno seguirá adelante cuando las cosas resulten frustrantes. El optimismo es muy importante en la vida de cualquier persona, y en la tarea de educar, se podría decir que es imprescindible, pues la educación, en cierta manera, presupone el optimismo, porque educar es creer firmemente en la capacidad del hombre de mejorar a otros y mejorarse a sí mismo.

    16 julio 2006

    La enfermedad periodontal



    Información General

    La enfermedad periodontal es una patología crónica , que cursa en brotes con una sintomatología mínima (a veces, totalmente asintomática ) y conduce a la pérdida de soporte periodonta l de los dientes, es decir, del hueso en el que éstos se sujetan y de las encías ) . Dentro de ella se distinguen:

    • las gingivitis (inflamación de las encías )

    • las periodontitis (inflamación del periodonto , o conjunto de estructuras que sujetan los dientes a los maxilares). Dentro de ellas se distinguen formas de gravedad distinta; así, la periodontitis rápidamente progresiva y refractaria al tratamiento , que generalmente empieza en una edad joven (tanto más joven, más grave), acaba en la pérdida inexorable de dientes en unos pocos años.

    La enfermedad periodontal está causada por la placa bacteriana, que es el conjunto de bacterias presentes en la superficie de los dientes y de las encías. De ahí la importancia fundamental de la higiene oral personal, dirigida a eliminar la placa bacteriana que continuamente se forma y deposita sobre los dientes.

    Existe una cierta predisposición genética , aparentemente hereditaria, de padecimiento de la periodontitis , ligada a algunas deficiencias del sistema inmunitario (dicho popularmente, « de las defensas») específico contra dichas bacterias. Por eso, las medidas higiénicas particulares dirigidas a eliminar la placa bacteriana no suelen ser suficientes y se requiera el concurso periódico del dentista para corregir esos defectos inevitables en la higiene oral personal (más peligrosos en las personas inmunitariamente predispuestas a padecer periodontitis ), mediante un tratamiento de mantenimiento (generalmente, profilaxis o «limpieza»), de periodicidad variable (generalmente, cada 2 a 6 meses, según los casos).



    Factores de riesgo

    • El mal control de placa : sin una correcta técnica de cepillado que elimine los depósitos bacterianos de dientes y encías, el control de la periodontitis no es posible.

    • El tabaco es un conocido factor agravante de la enfermedad periodontal, por lo que el fumar conlleva una respuesta peor a los tratamientos, y un mayor riesgo de agravamiento de su evolución normal y de reactivación de la enfermedad.

    Cronicidad
    Por todo lo dicho, la enfermedad periodontal no cura (salvo raras excepciones) , aunque en la gran mayoría de los casos puede mantenerse detenida mediante tratamiento odontológico si existe una buena cooperación del paciente en el mantenimiento de una buen higiene oral .

    Expectativas terapéuticas

    El tratamiento de la enfermedad periodontal es fundamentalmente domiciliario , por medio de una exquisita higiene oral : cepillado, uso de seda dental y, en ocasiones, manejo de colutorios.

    Sin embargo, en las fases activas de la enfermedad estos procedimientos no surten efecto sin la previa intervención del dentista.

    El papel del dentista consiste en preparar la boca para que Vd. pueda limpiarla adecuadamente ; a saber:

    (i) eliminar los irritantes que retienen la placa bacteriana, como desbordamientos (salientes) de obturaciones («empastes») y coronas («fundas»), que deben ser corregidos;

    (ii) eliminar los depósitos de placa bacteriana y de cálculo («sarro» o «tártaro») supra y subgingivales (es decir, situados por encima y por debajo del borde de la encía, respectivamente), mediante un procedimiento de descontaminación periodontal denominado profilaxis dental o «detartrage»;

    (iii) alisar las raíces (la llamada fase básica ) para reducir la tendencia a acumular placa y cálculo, y

    (iv) cuando las medidas anteriores no son suficientes, realizar algunas correcciones quirúrgicas de defectos.

    (v) Desgraciadamente, a veces no existe más posible tratamiento que la extracción de uno más dientes, para evitar la propagación de la enfermedad o eliminar la sintomatología de dientes muy afectados.

    (vi) Además, para poder controlar y frenar la evolución de la enfermedad periodontal es imprescindible, aparte de una cuidadosa higiene oral personal, la realización de periódicas visitas de control y mantenimiento al dentista , consistentes en profilaxis (limpiezas) y ocasionales raspados de las irregularidades que los depósitos microbianos provocan en las superficies de las raíces.

    Las técnicas quirúrgicas pueden ser:

    • resectivas (eliminación de tejidos contraproducentes), o

    • regenerativas (dirigidas a recuperar tejidos perdidos, aunque no siempre el resultado es predecible), con la ayuda de injertos o de insertos de materiales aloplásticos (membranas, proteínas del esmalte, preparados minerales, hueso liofilizado, etc.).

    Advertencias fundamentales

    • No nos cansaremos de repetirle que su colaboración personal en el mantenimiento inactivo de su enfermedad periodontal es tan importante que no le recomendamos empezar ningún tratamiento clínico si no está dispuesto a implicarse activamente en su propio cuidado personal .

    • Le recordamos, igualmente, que todas las enfermedades crónicas son susceptibles de reactivarse en un determinado momento, y que cuando, como la enfermedad periodontal, son poco sintomáticos, los nuevos brotes pueden pasarler inadvertidos .

    • Le Insistimos en que los mantenimientos y las revisiones periodontales van dirigidos a disminuir este riesgo , así como a diagnosticarlo y tratarlo precozmente en caso de que ocurriera

    • Si es Vd. fumador, debe saber que producirá menos saliva y presentará mayor riesgo de caries y, sobre todo, de enfermedad periodontal. I insistimos en recomendarle que deje de fumar , para lo que le ofrecemos expreso apoyo y ayuda a deshabituarse.

    • Si consume Vd. fármacos psicotropos, dado que producen sequedad de boca , tendrá especial propensión a padecer enfermedad periodontal en forma particularmente grave, por lo que, al objeto de aminorar su impacto, deberá esmerarse en la higiene de su boca y en el uso de colutorios antibacterianos , así como, en el mantenimiento de la humedad bucal: procurar no respirar por la boca , beber sorbos de agua de vez en cuando y utilizar medicamentos productores o excretores de saliva ( sialeréticos y sialogogos , respectivamente) y saliva artificial .

    Circunstancias particulares
    • Si es Vd. fumador debe saber que producirá menos saliva y presentará mayor riesgo de enfermedad periodontal y peor pronóstico en su tratamiento. I insistimos en recomendarle que deje de fumar , para lo que su dentista le puede ofrecer expreso apoyo y ayuda a deshabituarse.

    • El consumo de fármacos psicotropos produce sequedad de boca , por lo que también predisponen al padecimiento de enfermedad periodontal y empeoran el pronóstico. Al objeto de aminorar el impacto, (i) se debe esmerar la higiene bucal , (ii) conviene emplear colutorios antibacterianos y fluorurados , y (iii) para el mantenimiento de la humedad bucal es recomendable: procurar no respirar por la boca , beber sorbos de agua de vez en cuando, y utilizar medicamentos productores o excretores de saliva ( sialeréticos y sialogogos , respectivamente) y saliva artificial .

    • La diabetes mellitus comporta un riesgo específico de evolución desfavorable o menos favorable de lo que lo es normalmente, tanto de la enfermedad como del tratamiento,.

    • Ciertas particularidades anatómicas labiales y maxilares, como las conducentes a sonrisa gingival (exposición excesiva de encía al reir) tienen en particular un mayor riesgo de estética deficiente, cuya corrección (no predecible al ciento por ciento) debería ser quirúrgica.


    Enfermedades bucodentales. Incidencia y riesgo:



    Enfermedades bucodentales. Incidencia y riesgo:

    Las enfermedades bucodentales, aunque han existido a lo largo de la historia en todos los lugares, son especialmente frecuentes en la actualidad. En los países donde se han instaurado programas de prevención ha descendido enormemente su frecuencia, en especial de la caries.

    La enfermedad cariosa de los dientes está en relación con múltiples factores, siendo uno de los mas importantes el elevado consumo de azúcar y otros hidratos de carbono, principalmente de los más pegajosos, como son los caramelos y chicles, y en menor medida las bebidas refrescantes. Más que la cantidad total consumida, influye sobre todo el número de veces que estos productos están en contacto con los dientes. La práctica de untar con azúcar o miel los chupetes de los bebés, es la agresión más nefasta que puede hacerse a los dientes de leche.


    Algunas medidas de prevención:
    El aporte de flúor a través del agua potable o de suplementos cuando los dientes se están formando, ha sido el causante de una reducción de hasta el 50% de la caries en los países donde estas medidas se aplican desde hace años. Los aportes locales de flúor en forma de geles, colutorios y las pastas dentífricas son también eficaces, aunque en menor medida.

    Los selladores de fisuras y otras medidas preventivas realizadas en clínica son muy útiles para prevenir la caries en la parte del diente en la que el flúor es menos eficaz. Existen más de 400 medicamentos que producen sequedad de boca por disminución de la producción de saliva, siendo en estos casos la prevención de la caries todavía más importante.

    Las enfermedades de las encías y del ligamento que mantiene unidos los dientes a los maxilares son las causantes de, al menos, tantas pérdidas dentarias como las caries. La prevención es más difícil, pues se basa en la eliminación de la placa bacteriana de la superficie de los dientes mediante un cepillo y seda dental, pero ello requiere crear hábitos de higiene oral, y esto no es tan fácil como parece. Las encías sanas no han de sangrar con el cepillado. Una vez establecida la enfermedad periodontal, puede detenerse en su evolución, pero no se recuperará la parte del hueso perdida. Durante el embarazo suelen agravarse las enfermedades de las encías, debiendo acudir al dentista en los primeros meses de la gestación para evitar el progreso de la gingivitis.


    Pautas de intervención en niños y adultos:
    La colocación defectuosa de los dientes y/o los maxilares está en relación con factores hereditarios, pero también influyen enfermedades de la infancia como amigdalitis frecuentes, alergias, etc. o ciertos hábitos, como el de chuparse el dedo pulgar. También es un factor importante la pérdida por caries de los dientes de leche; de aquí la importancia de conservar éstos. Las malformaciones de los maxilares se corrigen en menos tiempo cuando el tratamiento ortodóncico se realiza en la infancia.

    Es importante reponer lo antes posible las piezas dentarias perdidas, pues en caso contrario, y por desplazamiento de las piezas adyacentes, puede hacerse extraordinariamente complicada la inserción de una prótesis. Además, el desplazamiento mandibular que se produce puede ser causante de molestias al masticar, e incluso de dolores de cabeza y cuello persistentes.

    El hecho de haber perdido todas las piezas dentarias no indica que ya no hay nada que prevenir. El correcto ajuste de una prótesis completa previene que la encía y el hueso que la soporta se haga cada vez menor y, por tanto, que se haga muy difícil poder reponer las piezas perdidas.

    El cáncer bucal, que se da fundamentalmente en hombres fumadores y/o que toman bebidas de alta gradación alcohólica, sólo representa el 5% del total de los cánceres del organismo, pero la prevención es particularmente importante, pues existen lesiones precancerosas y, además, si se diagnostica precozmente el pronóstico es bueno. Algunas enfermedades generales tienen su primera manifestación en la boca, su examen es una parte importante de un chequeo médico completo.


    La visita al especialista:
    Las visitas regulares al odontoestomatólogo son un factor importante de la prevención de las enfermedades de la boca. La frecuencia con la que se han de hacer revisiones está en relación con las características de cada persona. Lo mejor es prevenir o, si ya es tarde, hacer tratamientos lo antes posible, para hacer que éstos sean más sencillos y por tanto más baratos. Las caries han de ser empastadas antes de que produzcan dolor. Si se acude a la consulta cuando ya duelen, lo normal es tener que realizar previamente una endodoncia de la pieza, lo que encarece considerablemente el tratamiento. Por otra parte, es importante saber que una vez que la infección ha traspasado el diente cabe la posibilidad de se produzcan trastornos en otros lugares del organismo. Esto era más frecuente antes de existir los antibióticos, aunque en la actualidad también puede llegar a producirse.

    Cualquier persona que acuda regularmente al dentista sabe que los tratamientos hoy en día son totalmente indoloros y que las molestias posteriores son mínimas. Sin comparación con los dolores que se suelen presentar por no haber prevenido o tratado a tiempo las enfermedades bucodentales.



    La mayoría de las clínicas dentales tienen medidas de esterilización para evitar contagios. La seguridad, en este sentido, es muy grande. Las emergencias médicas que pudieran surgir pueden ser adecuadamente manejadas por los profesionales, que tienen la formación y equipo necesarios para hacer frente a estas situaciones, las cuales, por otro lado, son raras si se han tomado las medidas oportunas.

    En el mundo tan competitivo en que nos ha tocado vivir, la mala imagen que da una dentadura descuidada puede incluso restar posibilidades de promoción a los jóvenes. Es un acto de responsabilidad personal, por parte de los padres o de uno mismo, poner los medios para que la salud sea preservada; sólo nos damos cuenta de su valor cuando ésta se pierde.

    Las manos que trabajan



    «La mano. ¡Qué gran elemento de cultivo la mano del hombre! Ya he hablado de la mano del hombre muchas veces. Es una obsesión favorita mía. ¡Qué esquisito ver, éste de la relación entre la mano y el cerebro! La mano que obedece las leyes del cerebro con tal ajilidad, soltura y exactitud, esta armonía de pensamiento y acto en mano y cerebro.

    «El artista, el científico, el escritor, ¿no son trabajadores manuales? La letra de un escritor que en realidad es la forma de su idea o de su sentimiento, digo su logro, ya que nunca se realiza mejor un poema que poniéndose a escribirlo, porque en el aire no se concierta nada ¿no es un producto manual? Pues ¿y los dedos de un pintor, de un escultor, de un pianista, de un director de orquesta, de un cirujano, de un médico que percute un pecho, un intestino; de un astrónomo en su telescopio, de un químico en su microscopio, de un injertador, de un carpintero. Una mecanógrafa ¿no puede realizar con sus dedos alga tan pulcro, tan exacto, tan bello como un pianista en una sonata?

    «Es necesario que nos acostumbremos a ser, considerarnos todos obreros manuales de otros o de nosotros mismos y a considerar lo que sale de las manos, en gran parte por las manos como un arte superior. Por este cultivo, esta cultura, nos hermanaríamos mejor que por ningún otro medio de simpatía. Yo detesto cada día más esas manos intactas como plantas inútiles con flor de dedos y me acerco más a quienes tienen manos trabajadas. Todos los hombres que trabajamos, digo todos los hombres, pues el hombre que no trabaja con su cabeza y sus manos, en proporción mayor y menor de acuerdo y condición ¡no es un hombre! Ni es una mujer la que sólo utilice sus manos para pintarse sus uñas, encremarse la carne, destruir o acariciar. No es bastante eso para ser mujer. Todo eso lo hace mejor un mono o una gata.

    «Qué cosa tan profunda se dice cuando se dice "mano de obra", la "mano de obra" de un trabajador. Por la mano de obra, tanto. Y ¿cómo se paga una buena mano de obra? Todo buen "maneador de obra", congratúlense los que se disculpan de no ser "¿intelectuales?", es un gran intelectual.

    «¡Y qué palabras tan bellas "manejador", "manijero"...! Y qué palabra tan fea "manoseador", el que emplea las manos en no llegar a nada, en gastar, en destruir cualquier cosa.

    «¡Qué encantadora armonía el uso de las manos de la niñera de un niño, el alzarlo, el mecerlo, el vestirlo, el lavarlo, el entretenerlo con jestos relacionados con la fantasía. Qué delicia ver las manes de Toscanini dirijiendo y qué encanto no habrá sido el ver modelando las manos de Miguel Angel (...).

    «Si yo consiguiera, en está reflexión, ayudar a los que no se hubiesen dada cuenta nunca de este tesoro de sus manos, de esa felicidad de tener unas manos obedientes a su espíritu para cualquier cosa, me quedaría contento, orgulloso como debiera estarlo, si es necesario, el buem empleador de ellas. Sería feliz como él.


    «Aplaudir con sinceridad, con gozo, con alegría también puede ser un buen empleo de las manos, sobre todo si se goza lo que se aplaude. Cerrar la mano nunca es bello, los dedos cerrados están muertos y por algo los árabes condenan a un ladrón a cerrarle las manos y enyesarlas para que las uñas le taladren las palmas. Cerrar las manos es propio del avaro de todas las cosas, de dinero, de afecto, de caricia, de ilusión. Un puño es la expresión más mala de una mano y si ese puño se enarbola, es el jesto más bajo del hombre»

    Juan Ramón Jiménez, en «El andarín en su órbita».

    14 julio 2006

    Control de la preocupación


    Control de la preocupación
    Alfonso Aguiló



  • interrogantes.net


  • Por lo general, la espiral de la preocupación, y con ella, la de la ansiedad, entorpece de tal modo el funcionamiento intelectual que pueden llegar a disminuir seriamente su rendimiento personal.
    Bastantes estudiantes, por ejemplo, son muy proclives a preocuparse y caer en estados de ansiedad, y esto afecta negativamente a sus resultados académicos. Mientras, a otros, el estado de preocupación, por ejemplo ante un examen, estimula su intensidad en el estudio, y gracias a eso logran un rendimiento mucho mayor. Ésa es la cuestión que conviene analizar: por qué a unos les estimula y a otros les paraliza.
    Según unos amplios estudios realizados por Richard Alpert, la diferencia entre unos y otros está en la forma de abordar esa sensación de inquietud que les invade ante la inminencia de un examen. A unos, la misma excitación y el interés por hacer bien el examen les lleva a prepararse y a estudiar con más seriedad; en otros casos, sin embargo, cuando se trata de personas ansiosas, sus pensamientos negativos (del estilo de «no seré capaz de aprobar», «se me dan mal este tipo de exámenes», «no sirvo para las matemáticas», etc.) sabotean sus esfuerzos, y la excitación interfiere con el discurso mental necesario para el estudio y enturbia después su claridad también durante la realización del examen.

    Actitudes ante lo mismo

    Las preocupaciones que tiene una persona mientras hace un examen reducen los recursos mentales disponibles para hacerlo bien. En ese sentido, si estamos demasiado preocupados por suspender, dispondremos de mucha menos atención para discurrir sobre lo que nos han preguntado y expresar una respuesta adecuada. Es así como las preocupaciones acaban convirtiéndose en profecías autocumplidas que conducen al fracaso.
    En cambio, quienes controlan sus emociones pueden utilizar esa ansiedad anticipatoria —ante la cercanía de un examen, o de dar una conferencia, o de acudir a una entrevista importante— para motivarse a sí mismos, prepararse adecuadamente y, en consecuencia, hacerlo mejor.
    Control del propio interior


    Se trata de encontrar un punto medio —volvemos aquí de nuevo a la necesidad de un equilibrio— entre la ansiedad y la apatía, pues el exceso de ansiedad lastra el esfuerzo por hacerlo bien, pero la ausencia completa de ansiedad —en el sentido de indolencia, se entiende— genera apatía y desmotivación.
    Por eso, un cierto entusiasmo —incluso algo de euforia en algunas ocasiones— resulta muy positivo en la mayoría de las tareas humanas, sobre todo para las de tipo más creativo. Pero cuando la euforia crece demasiado o se descontrola, se convierte en un estado en el que la agitación socava toda capacidad de pensar de un modo lo suficientemente coherente como para que las ideas fluyan con acierto y realismo.

    En general optimistas

    Los estados de ánimo positivos aumentan la capacidad de pensar con flexibilidad y sensatez ante cuestiones complejas, y hacen más fácil encontrar soluciones a los problemas, tanto de tipo especulativo como de relaciones humanas. Por eso, una forma de ayudar a alguien a abordar con acierto sus problemas es procurar que se sienta alegre y optimista. Las personas bienhumoradas gozan de una predisposición que les lleva a pensar de una forma más abierta y positiva, y gracias a eso poseen una capacidad de tomar decisiones notablemente mejor.
    Los estados de ánimo negativos, en cambio, sesgan nuestros recuerdos en una dirección negativa, haciendo más probable que nos retiremos hacia decisiones más apocadas, temerosas y suspicaces.