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06 septiembre 2008

Las preguntas de Chillida


El pasado 19 de agosto se cumplieron 6 años de la muerte del escultor Eduardo Chillida (San Sebastián, 1924). Pongo un escrito que publicó en la red un admirador.


- Las preguntas de Chillida
“Yo no entiendo casi nada, pero comparto el azul, el amarillo y el viento...
¿No es el límite el verdadero protagonista del espacio, como el presente, otro límite, es el protagonista del tiempo? Yo no represento, pregunto”. Así escribía Chillida el año 94 el día de su ingreso en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. ¡Qué bien reflejan estas palabras lo que es la limitación de la razón y al mismo tiempo su apertura a lo infinito! Él, que junto a ese árbol donde ahora reposan sus cenizas, en ese tiempo de su vida terrena -otro límite- buscaba en la música de Bach y en la lectura de San Juan dela Cruz la superación del límite; él, que compartía “el azul, el amarillo y el viento”, ese viento que viene de su querida bahía de la Concha, peinado por su genial escultura, ha dejado de preguntar porque ha encontrado la respuesta. Esas cinco estrellas del arte, la verdad, la mística, la profecía y la fraternidad de las que decía Antonio Beristain en su funeral que las había abrillantado, ya no las necesita porque ahora su luz es la misma Verdad, la mis! ma Belleza, el azul del Cielo, el viento del Espíritu. Esa luz ilumina ya a un número incontable de hombres y mujeres, como al sacerdote y escritor Martín Descalzo que poco antes de su muerte, en su pequeña gran obra “Testamento del pájaro solitario”, evocando precisamente al gran místico San Juan de la Cruz, escribía que morir es “acabar de llorar y hacer preguntas... y hallar, dejando los dolores lejos, la Noche-luz tras tanta noche oscura”.
Chillida se preguntó muchas cosas. Ése fue el motor de su arte, de su escultura: la búsqueda de la verdad, de la belleza. Ya ha descubierto la verdad de la Belleza y se ha encontrado con la belleza de la Verdad., porque se ha encontrado con Dios. Y es que, como escribió Dostoievski, “la belleza nos salvará”. José Luis García Labrado