Es la voz y la cara del equipo de Gobierno de Juan Vicente Herrera en Castilla y León. Nacido en Valladolid en 1951, es licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Valladolid y especialista en Psiquiatría. Irrumpió en el panorama político de la región en los años 80 y aunque intentó volver a ejercer a finales de los 90 en su plaza del Hospital Río Hortega de Valladolid, de nuevo, la Junta le reclamó.
En mayo de 2015 finaliza la legislatura, tras lo cual confía en retomar el contacto con sus pacientes.
RESPUESTA. Soy psiquiatra y seguiré siéndolo. En 1987 me incorporé al Gobierno de Castilla y León para impulsar la reforma de la psiquiatría que se estaba fraguando. Se incorporaban las unidades psiquiátricas a los hospitales y demás. Iba a ser para dos años y al final fueron doce.
P. ¿Ser psiquiatra le facilita el análisis del perfil de los miembros de la oposición, sindicatos y demás agentes con los que trata a diario?
R. Te facilita conocer mejor a las personas y aprender a escuchar, pero no parto con ninguna ventaja añadida. No hay que exagerar.
P. Si tuviera en el diván a la Junta de Castilla y León ¿qué le recetaría?
R. La receta sería la misma para todos los gobiernos. Conseguir fórmulas para poner en marcha todas las medidas posibles para crear empleo, que es la prioridad para salir de esta crisis que sufrimos desde hace ya seis años.
P. ¿Le mandaría un mensaje esperanzador a su paciente?
R. Por supuesto; le diría que de esto se sale y que uno adquiere más fortaleza. Castilla y León y España cuentan con recursos y la energía necesaria para conseguirlo.
R. Hay políticos que arrastran cierta melancolía, un pesimismo casi patológico y enfermizo y que quieren ver de forma permanente el vaso medio vacío. La sociedad lo que menos necesita son estos casos, ya que con la actual situación se precisan personas con valentía, valor, ilusión y muchas ganas.
P. Con su amigo y colega en el Ejecutivo y de especialidad, Antonio María Sáez Aguado, ¿Hacen sesiones clínicas o consejos de Gobierno?
R. Somos muy buenos amigos además de compañeros. Comenzamos a colaborar en la Consejería de Sanidad en el año 1987 y siempre hemos tenido una gran amistad.
P. La legislatura acaba en mayo de 2015 y usted cumple 65 años ese mismo año. ¿Quiere acabar su carrera profesional ejerciendo de psiquiatra en su plaza del Hospital Río Hortega de Valladolid?
R. Sí, me gustaría acabar mi vida profesional en la psiquiatría. Mi pasión es la Medicina y en concreto la Psiquiatría, pero no sé si los avatares de la vida que lleguen en esos momentos me lo permitirán. En realidad será sólo un año, ya que la Gerencia Regional de Salud de Castilla y León (Sacyl) se ha mostrado muy estricta con las jubilaciones de los médicos mayores de 65 años... Cumpliré con lo que esté estipulado como profesional del Sacyl que soy.
P. Si no, le queda la opción de la consulta privada, en la que seguro no le van a faltar pacientes con esta crisis de locos...
R. Sí, por desgracia los colegas con los que hablo me dicen que están aumentando mucho la patología ansioso-depresivas como consecuencia de las preocupaciones de la población por llegar a fin de mes, encontrar trabajo o perderlo ...
En mayo de 2015 finaliza la legislatura, tras lo cual confía en retomar el contacto con sus pacientes.
- La receta que daría a la Junta de Castilla y León si la tuviera en el diván sería la misma que para el resto de gobiernos: adoptar todas las medidas para crear empleo"
RESPUESTA. Soy psiquiatra y seguiré siéndolo. En 1987 me incorporé al Gobierno de Castilla y León para impulsar la reforma de la psiquiatría que se estaba fraguando. Se incorporaban las unidades psiquiátricas a los hospitales y demás. Iba a ser para dos años y al final fueron doce.
P. ¿Ser psiquiatra le facilita el análisis del perfil de los miembros de la oposición, sindicatos y demás agentes con los que trata a diario?
R. Te facilita conocer mejor a las personas y aprender a escuchar, pero no parto con ninguna ventaja añadida. No hay que exagerar.
P. Si tuviera en el diván a la Junta de Castilla y León ¿qué le recetaría?
R. La receta sería la misma para todos los gobiernos. Conseguir fórmulas para poner en marcha todas las medidas posibles para crear empleo, que es la prioridad para salir de esta crisis que sufrimos desde hace ya seis años.
P. ¿Le mandaría un mensaje esperanzador a su paciente?
R. Por supuesto; le diría que de esto se sale y que uno adquiere más fortaleza. Castilla y León y España cuentan con recursos y la energía necesaria para conseguirlo.
- Castilla y León y España cuentan con la energía suficiente como para salir de la crisis; cuando uno las supera, sale reforzado"
R. Hay políticos que arrastran cierta melancolía, un pesimismo casi patológico y enfermizo y que quieren ver de forma permanente el vaso medio vacío. La sociedad lo que menos necesita son estos casos, ya que con la actual situación se precisan personas con valentía, valor, ilusión y muchas ganas.
P. Con su amigo y colega en el Ejecutivo y de especialidad, Antonio María Sáez Aguado, ¿Hacen sesiones clínicas o consejos de Gobierno?
R. Somos muy buenos amigos además de compañeros. Comenzamos a colaborar en la Consejería de Sanidad en el año 1987 y siempre hemos tenido una gran amistad.
P. La legislatura acaba en mayo de 2015 y usted cumple 65 años ese mismo año. ¿Quiere acabar su carrera profesional ejerciendo de psiquiatra en su plaza del Hospital Río Hortega de Valladolid?
R. Sí, me gustaría acabar mi vida profesional en la psiquiatría. Mi pasión es la Medicina y en concreto la Psiquiatría, pero no sé si los avatares de la vida que lleguen en esos momentos me lo permitirán. En realidad será sólo un año, ya que la Gerencia Regional de Salud de Castilla y León (Sacyl) se ha mostrado muy estricta con las jubilaciones de los médicos mayores de 65 años... Cumpliré con lo que esté estipulado como profesional del Sacyl que soy.
P. Si no, le queda la opción de la consulta privada, en la que seguro no le van a faltar pacientes con esta crisis de locos...
R. Sí, por desgracia los colegas con los que hablo me dicen que están aumentando mucho la patología ansioso-depresivas como consecuencia de las preocupaciones de la población por llegar a fin de mes, encontrar trabajo o perderlo ...
