24 diciembre 2013

Te deseamos una Feliz y Santa Navidad, junto a tus seres queridos

Felíz año 2014


"Cuando llegan las Navidades, me gusta contemplar las imágenes del Niño Jesús. Esas figuras que nos muestran al Señor que se anonada, me recuerdan que Dios nos llama, que el Omnipotente ha querido presentarse desvalido, que ha querido necesitar de los hombres. Desde la cuna de Belén, Cristo me dice y te dice que nos necesita, nos urge a una vida cristiana sin componendas, a una vida de entrega, de trabajo, de alegría.

No alcanzaremos jamás el verdadero buen humor, si no imitamos de verdad a Jesús; si no somos, como El, humildes. Insistiré de nuevo: ¿habéis visto dónde se esconde la grandeza de Dios? En un pesebre, en unos pañales, en una gruta. La eficacia redentora de nuestras vidas sólo puede actuarse con la humildad, dejando de pensar en nosotros mismos y sintiendo la responsabilidad de ayudar a los demás."


(San Josemaría,Es Cristo que pasa, nº 18.Ediciones Rialp) .

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03 diciembre 2013

China instaura la política de dos hijos

La relajación de la ley del hijo único en China, dada a conocer el pasado 15 de noviembre, no es una noticia bomba. Por una parte, estaba anunciada oficiosamente; por otra, tendrá consecuencias modestas a corto plazo. Probablemente resultarán más importantes otras reformas decididas en el último pleno del Comité Central: abolir los campos de “reeducación” (condenas a trabajos forzados sin juicio) y dar más facilidades a los campesinos para instalarse legalmente en las ciudades, amén de varias medidas para liberalizar la economía.
Cómo rectificar sin desdecirse
El procedimiento del Partido Comunista Chino (PCC) para rectificar sin que se cuestione su autoridad comprende distintos pasos. Uno es dejar que la idea flote durante bastante tiempo, quizá tras una salida en falso. En 2008, una viceministra causó revuelo al declarar a la prensa oficial que se podría suavizar la norma, pero poco después su jefe la desmintió, no sin señalar que era necesario mantener el control al menos diez años más, lo cual implicaba que algún día podría no serlo (cfr.
Aceprensa, 13-03-2008).

Antes se permitía un segundo hijo si los dos padres eran hijos únicos; ahora bastará con que lo sea uno

Luego se permite que empiecen a difundirse quejas por abusos (cfr. Aceprensa, 28-05-2010). Los culpables son funcionarios locales corruptos o que se extralimitan; en cambio, el gobierno central muestra que tiene los oídos abiertos al pueblo y promete poner orden. No se dice que las medidas de fuerza suelen estar provocadas por la presión que ejerce el centro a los funcionarios al ponerles cuotas de nacimientos en sus territorios (cfr. Aceprensa, 26-07-2012). El objetivo del régimen es que no recaiga sobre él la impopularidad de la política del hijo único.
Otra fase consiste en que alguien con aureola científica aporte argumentos objetivos y proponga respetuosamente al régimen que cambie la política de modo gradual. Así hizo el año pasado la Fundación para la Investigación sobre el Desarrollo, un organismo oficial (cfr. Aceprensa, 9-01-2013).
Cambio a paso de glaciar
Si después, un alto cargo dice que el gobierno se plantea reformar la política demográfica (cfr.
ibid.), es que la cosa va en serio. Otro indicio vino cuatro meses más tarde, en marzo pasado, cuando la Comisión Nacional de Planificación Familiar, el organismo encargado de imponer la política del hijo único, fue integrada en el Ministerio de Sanidad (cfr. The Economist, 16-03-2013). Con eso, el nutrido cuerpo de controladores de la población (medio millón de funcionarios), antes con rango ministerial, aparentemente perdía poder, al quedarse sin autonomía.

El gobierno se ha propuesto subir la fecundidad de 1,5 a 1,8 hijos por mujer y estabilizar la población en 1.500 millones a mediados de siglo

Por fin, la semana pasada, el tercer pleno del decimoctavo Comité Central del PCC decidió justo lo que un año antes había dicho aquel alto cargo que quizá se haría: dejar a las parejas tener un segundo hijo si uno de los consortes (no los dos, como hasta ahora) es hijo único. Pero tendrán que seguir pidiendo permiso por anticipado. A reforma tan poco drástica se llegó al paso de glaciar característico del régimen comunista chino, y la aplicación no será muy rápida. La medida aún tiene que ser concretada, y el gobierno no se ha fijado ningún plazo.
Se mantienen las excepciones aprobadas antes: la mayoría de las parejas campesinas pueden tener dos hijos si el primero es niña, siempre que dejen pasar tres o cuatro años. Las minorías étnicas con menos de diez millones de miembros, como los tibetanos, están exentas de límites; las más numerosas, como los uigures, pueden tener tres hijos si viven en el campo, o dos si viven en una ciudad.
No habrá “baby boom”
Al dar noticia de la reforma, la
prensa oficial china no ha omitido repetir el usual mantra para cantar el éxito de la política del hijo único: que desde su inicio, en 1979, ha evitado unos 400 millones de nacimientos. Algunos demógrafos chinos han cuestionado ese número; y desde luego es dudoso, puesto que se repite sin actualizarlo desde hace más de dos años (cfr. Aceprensa, 20-04-2011).
En cambio, la estimación oficial sobre el efecto de la reforma es mucho más comedida. La ahora llamada Comisión Nacional de Salud y Planificación Familiar (CNSPF) calcula que podrán acogerse al nuevo permiso entre siete y diez millones de parejas, pero que no lo pedirían más del 60% (cfr. Xinhua, 17-11-2013). Se pretende autorizar un millón más de nacimientos anuales, sobre los 15-16 millones que viene habiendo. Eso bastaría para subir la fecundidad de 1,5 a 1,8 hijos por mujer hasta estabilizar la población en 1.500 millones a mediados de siglo, que es la meta del gobierno (ahora son 1.340 millones).

El rápido envejecimiento de la población y el desequilibrio de sexos provocado por la política del hijo único tardarán más de una generación en corregirse

No habrá, pues, ningún baby boom. Además, en cada provincia la CNSPF decidirá a partir de cuándo y en qué medida aplicará la reforma, según la tasa de fecundidad del lugar.
La inercia demográfica
El efecto de las nuevas reglas será módico por otra razón. Los cambios demográficos tienen mucha inercia, y treinta y cuatro años de control de la natalidad han producido en China consecuencias que tardarían dos generaciones en desaparecer.

En primer lugar, la política del hijo único ha acelerado el envejecimiento de la población (cfr. Aceprensa, 24-04-2012). Al paso actual, los mayores de 65 años, que a principios de siglo eran el 7%, en 2040 serán casi uno de cada cuatro chinos, y por cada jubilado habrá solo 2,5 activos en vez de 8 como en 2010 (cfr. Aceprensa, 9-01-2013). El año pasado bajó por primera vez la población activa, concretamente 3,45 millones, y en esta década se perderán 29 millones en total (cfr. China Daily, 17-11-2013). Con la reforma, el gobierno espera frenar ligeramente el proceso, de modo que los mayores de 60 sean el 23,8% en vez del 24,1% en 2030, y el 32,8% en vez del 34,1% en 2050 (cfr. China Daily, 19-11-2013).
El control demográfico tiene además consecuencias sociales, como la presión que sufren los hijos únicos cuyos padres ya se han hecho mayores. La pirámide invertida crea el “efecto 4-2-1” (un hijo único de hijos únicos tiene que cuidar de dos padres y cuatro abuelos), que en cada vez más casos es difícil de soportar (cfr. Aceprensa, 12-01-2011). El régimen ha emprendido una campaña para que los hijos adultos no abandonen a sus padres, incluso fijando sus obligaciones en una nueva ley (cfr. Aceprensa, 10-07-2013).
Otro efecto de la política del hijo único, combinada por la preferencia tradicional por los hijos varones –común con otras naciones de Asia–, es el desequilibrio de sexos en la población joven. La proporción natural en los recién nacidos está en torno a 105 niños por 100 niñas. El año pasado se registró una tasa de 118/100, la más alta del mundo, aunque una notable mejoría respecto a la de 2004, que fue 121/100 (cfr. China Daily, 19-11-2013). Estas desviaciones, a escala china, suponen un déficit de población femenina que dejará gran número de hombres casaderos sin pareja: unos 24 millones en 2020 (cfr. Aceprensa, 9-05-2011). Es un problema que durará decenios, y cuando esos hombres se hagan viejos, se verán sometidos al “efecto 1-0”, sin que el Estado tenga a quien aplicar la ley de deberes filiales.
El déficit femenino se debe a los abortos selectivos. Pero entre las víctimas hay que contar también las niñas abandonadas, que llenan los orfanatos junto con un número menor de niños que excedían la cuota de hijos permitida a sus padres (cfr. Aceprensa, 31-01-1996).
Aprendices de brujos
Los dirigentes chinos se han percatado de esos problemas: de ahí el leve ablandamiento de la ley del hijo único. Con visión retrospectiva, es evidente que hicieron de aprendices de brujos, sin prever los efectos secundarios. Pero la obstinada creencia de que se puede organizar todo desde arriba es característica del comunismo. La aplicó Stalin en su desastrosa colectivización, y la imitó Mao, que luego provocó una hambruna espantosa con la industrialización forzada del Gran Salto Adelante. Ahora, el régimen de Pekín ha hecho un ajuste del control de la población, como Stalin acabó permitiendo que los campesinos vendieran una parte de sus cosechas en el mercado; pero en el fondo no ha cambiado de postura.

Unas declaraciones de Wang Pei’an, viceministro de la CNSPF, muestran que el PCC trata como un recurso económico algo que es rigurosamente un derecho humano. “El gobierno central fijará planes de población anuales de acuerdo con el Plan Nacional de Desarrollo de la Población incluido en el 12º Plan Quinquenal, teniendo en cuenta los cambios demográficos recientes y los efectos de la política de dos hijos, y reforzará el trabajo de orientación y regulación para asegurar que el número de nacimientos se mantenga dentro de un rango razonable y se eviten grandes fluctuaciones”. Por un momento, parece que Wang habla de política industrial, de fabricación de cosas. Pero no: termina la entrevista advirtiendo que “quienes infrinjan la ley para tener más hijos serán tratados como prevén las leyes”.
Los estudiosos de China intentan penetrar en la opacidad propia del régimen comunista analizando los cambios en la jerga oficial. En los documentos salidos del último pleno del Comité Central, el papel del mercado en la asignación de recursos ha sido ascendido de “básico” a “decisivo”. La maternidad sigue degradada a factor de producción