16 julio 2006

Enfermedades bucodentales. Incidencia y riesgo:



Enfermedades bucodentales. Incidencia y riesgo:

Las enfermedades bucodentales, aunque han existido a lo largo de la historia en todos los lugares, son especialmente frecuentes en la actualidad. En los países donde se han instaurado programas de prevención ha descendido enormemente su frecuencia, en especial de la caries.

La enfermedad cariosa de los dientes está en relación con múltiples factores, siendo uno de los mas importantes el elevado consumo de azúcar y otros hidratos de carbono, principalmente de los más pegajosos, como son los caramelos y chicles, y en menor medida las bebidas refrescantes. Más que la cantidad total consumida, influye sobre todo el número de veces que estos productos están en contacto con los dientes. La práctica de untar con azúcar o miel los chupetes de los bebés, es la agresión más nefasta que puede hacerse a los dientes de leche.


Algunas medidas de prevención:
El aporte de flúor a través del agua potable o de suplementos cuando los dientes se están formando, ha sido el causante de una reducción de hasta el 50% de la caries en los países donde estas medidas se aplican desde hace años. Los aportes locales de flúor en forma de geles, colutorios y las pastas dentífricas son también eficaces, aunque en menor medida.

Los selladores de fisuras y otras medidas preventivas realizadas en clínica son muy útiles para prevenir la caries en la parte del diente en la que el flúor es menos eficaz. Existen más de 400 medicamentos que producen sequedad de boca por disminución de la producción de saliva, siendo en estos casos la prevención de la caries todavía más importante.

Las enfermedades de las encías y del ligamento que mantiene unidos los dientes a los maxilares son las causantes de, al menos, tantas pérdidas dentarias como las caries. La prevención es más difícil, pues se basa en la eliminación de la placa bacteriana de la superficie de los dientes mediante un cepillo y seda dental, pero ello requiere crear hábitos de higiene oral, y esto no es tan fácil como parece. Las encías sanas no han de sangrar con el cepillado. Una vez establecida la enfermedad periodontal, puede detenerse en su evolución, pero no se recuperará la parte del hueso perdida. Durante el embarazo suelen agravarse las enfermedades de las encías, debiendo acudir al dentista en los primeros meses de la gestación para evitar el progreso de la gingivitis.


Pautas de intervención en niños y adultos:
La colocación defectuosa de los dientes y/o los maxilares está en relación con factores hereditarios, pero también influyen enfermedades de la infancia como amigdalitis frecuentes, alergias, etc. o ciertos hábitos, como el de chuparse el dedo pulgar. También es un factor importante la pérdida por caries de los dientes de leche; de aquí la importancia de conservar éstos. Las malformaciones de los maxilares se corrigen en menos tiempo cuando el tratamiento ortodóncico se realiza en la infancia.

Es importante reponer lo antes posible las piezas dentarias perdidas, pues en caso contrario, y por desplazamiento de las piezas adyacentes, puede hacerse extraordinariamente complicada la inserción de una prótesis. Además, el desplazamiento mandibular que se produce puede ser causante de molestias al masticar, e incluso de dolores de cabeza y cuello persistentes.

El hecho de haber perdido todas las piezas dentarias no indica que ya no hay nada que prevenir. El correcto ajuste de una prótesis completa previene que la encía y el hueso que la soporta se haga cada vez menor y, por tanto, que se haga muy difícil poder reponer las piezas perdidas.

El cáncer bucal, que se da fundamentalmente en hombres fumadores y/o que toman bebidas de alta gradación alcohólica, sólo representa el 5% del total de los cánceres del organismo, pero la prevención es particularmente importante, pues existen lesiones precancerosas y, además, si se diagnostica precozmente el pronóstico es bueno. Algunas enfermedades generales tienen su primera manifestación en la boca, su examen es una parte importante de un chequeo médico completo.


La visita al especialista:
Las visitas regulares al odontoestomatólogo son un factor importante de la prevención de las enfermedades de la boca. La frecuencia con la que se han de hacer revisiones está en relación con las características de cada persona. Lo mejor es prevenir o, si ya es tarde, hacer tratamientos lo antes posible, para hacer que éstos sean más sencillos y por tanto más baratos. Las caries han de ser empastadas antes de que produzcan dolor. Si se acude a la consulta cuando ya duelen, lo normal es tener que realizar previamente una endodoncia de la pieza, lo que encarece considerablemente el tratamiento. Por otra parte, es importante saber que una vez que la infección ha traspasado el diente cabe la posibilidad de se produzcan trastornos en otros lugares del organismo. Esto era más frecuente antes de existir los antibióticos, aunque en la actualidad también puede llegar a producirse.

Cualquier persona que acuda regularmente al dentista sabe que los tratamientos hoy en día son totalmente indoloros y que las molestias posteriores son mínimas. Sin comparación con los dolores que se suelen presentar por no haber prevenido o tratado a tiempo las enfermedades bucodentales.



La mayoría de las clínicas dentales tienen medidas de esterilización para evitar contagios. La seguridad, en este sentido, es muy grande. Las emergencias médicas que pudieran surgir pueden ser adecuadamente manejadas por los profesionales, que tienen la formación y equipo necesarios para hacer frente a estas situaciones, las cuales, por otro lado, son raras si se han tomado las medidas oportunas.

En el mundo tan competitivo en que nos ha tocado vivir, la mala imagen que da una dentadura descuidada puede incluso restar posibilidades de promoción a los jóvenes. Es un acto de responsabilidad personal, por parte de los padres o de uno mismo, poner los medios para que la salud sea preservada; sólo nos damos cuenta de su valor cuando ésta se pierde.